Escrito por: Sylvia de Carlos Fotografía por: Eva Besnyö Por la noche, en silencio y a oscuras es cuanto más te siento. Al final de la jornada, estudiando, al llegar a casa, en el metro, en las calles vacías... ahí estás esperándome.
Y todos los días vienes a saludarme, unos días es un saludo largo, otros corto, otros es un saludo afable, y otros es tormentoso, contigo casi nunca se sabe. Eres una mezcla de sentimientos, que me invade y que vive en mi. A veces me paralizas... y eres una lucha interna. Pero que bonita lucha, cuán necesaria eres. Cuanto te he querido y odiado a la vez. Muchos te detestan, te evitan... y otros muchos te anhelan. ¿Pero sabes qué? Qué no sabría, ni podría vivir sin ti, y a la vez es que no quiero estar sin ti. Porque te necesito, porque eres una parte esencial en mi ser. Porque haces que descubra cosas que yo misma quiero negar. Y a la vez haces que quiera sacar toda la belleza de mi ser. Te pido por favor que no me dejes nunca, Soledad.
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