Escrito por: Luisa Ripoll Fotografía: César Béjar Me gusta explorar un concepto ligado al de libertad: el de "búsqueda". Y esto, más que una dificultad, es un reto. Somos libres para ser pequeños. La libertad nos permite ser curiosos. Nos permite buscar. Buscar en el otro, en el mundo y en mí. Búsqueda que es simultáneamente exterior e interior, personal y compartida: buscarnos en el otro y sentir que en nosotros alguien está siendo buscado.
Cuando pienso en "la búsqueda", pienso mucho en Rayuela, de Julio Cortázar. Precisamente dos personajes sin ataduras (Horacio y la Maga, sin trabajo, bohemios en París). Una búsqueda a gritos. Un libro sin ataduras (desligado de la estructura tradicional de la novela, vanguardista, deshaciendo normas, reformulándolas). ¿Qué buscaba Cortázar con esta novela? ¿El futuro? Sea lo que sea lo que buscara, ¿lo halló? ¿Es más libre esta novela por rehuir toda regla formal que un clásico de la literatura universal? Primera dificultad de la libertad: si podemos buscar es porque algo está perdido. Y buscar es cansado. Encontrar es difícil. Más ejemplos de dificultades serían los siguientes:
¿Por qué ser libre no es tan sencillo? ¿Por qué no puedo ser libre y punto, sin pies mojados, sin palabras incomprendidas? ¿Qué es, entonces, la libertad, si no existe sin todo esto? Además, en los párrafos de los ejemplos se entrevé una relación entre libertad y completitud. Pero si somos personas incompletas, con nuestros vicios, carencias y virtudes a medio desarrollar, ¿podemos realmente llegar a ser completamente libres? ¿Podemos, por lo menos, ser consistentemente libres?
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Categorías
Todo
|