Escrito por: Marina Sánchez Fotografía: Martine Franck Mamá, papá, he conocido a alguien.
Llevaba tiempo vagando por el mundo rota, a medias, sintiendo utópica la posibilidad de encajar. Pero hace unos meses me topé con la otra pieza del puzle, y al hacerlo comprendí que si hasta ahora he estado rota, ha sido para que me pudiese entrar su luz. Porque es de esa clase de personas que brilla y, así, recompone. Mamá, papá, he conocido a alguien que sonríe hasta con los ojos. Yo, que vivo aferrada a mi coraza, a mi silencio. Que hablo por los codos y por todas mis extremidades, pero a la hora de expresar cómo siento o qué llevo dentro, las palabras son lo único que no encuentro. Yo, que ya no sé vivir de otra forma si no es alerta, presta para que no me hagan daño, he conocido a alguien a quien le han bastado menos de dos semanas para romper hasta la última de las defensas que me quedaban. Hay personas con las que el tiempo se ralentiza de tal forma que no ves el momento de que pasen las horas y acabe. Pero también hay personas por las que te interpondrías entre las manecillas del reloj para que fuese precisamente el tiempo el que no pasase. Ella, rápidamente, ha entrado a formar parte del segundo grupo. Pero ha hecho algo más, me ha descubierto otro tipo de personas, aquellas con las que el tiempo es relativo, pues ahora siento como si llevásemos siendo lo que somos, ella y yo, desde hace muchos años. Ayer estábamos en mi cuarto, como tantas otras tardes, hablando de todo y de nada. Haciendo lo que mejor sabemos, escucharnos. Pero también disfrutando de nuestros silencios, que no es fácil. Ella estaba feliz, por una razón que probablemente con el tiempo no recuerde. Lo que sé que no se me olvidará fue la sensación que tuve, pues me alegró tanto verla así que, por un momento, sentí que su felicidad era también la mía. Creo que fue ahí cuando decidí poner todo mi empeño para conservarla en mi vida. Porque he conocido a una persona de las que ya no quedan, y me ha devuelto cosas que sentí cómo me quitaban hace tiempo. Se llama Marilé, y espero que algún día la podáis conocer más allá que a través de mis ojos.
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Categorías
Todo
|