Escrito por: María Palos Pereira Fotografía: vía Tumblr Llevo un tiempo sin vivir en casa. Y ahora, estoy de nuevo introduciéndome en la vida familiar.
Mi abuelo se echa la siesta veinte minutos después de comer y antes de volver a trabajar. Y mi hermana siempre le prepara su medio vaso de café con leche cinco minutos antes de que se levante. Él lo agradece muchísimo, se lo toma, y se marcha a trabajar. Hoy mi hermana no está. Y a mi me hace ilusión prepararle a mi abuelo el café. Tontamente, me asaltan mil dudas, y de pronto parece que me cuesta más preparar este vaso que sacar mi doble grado. Medio vaso de leche. Pero, yo lo he visto a veces, y me parecía mucho más pequeño. Más bien como un cuarto. Y, ¿Cuánto café le gustará? No sé si acertaré al calcular la proporción de café para tan poquita leche. Lo mismo con el azúcar. Nunca había visto tanta ciencia en la preparación de un café. Qué bonito es pensar que, a hacer actos concretos de amor, se aprende.
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Categorías
Todo
|